– Y que podría desviarse a otros destinos del Mediterráneo como Turquía

MADRID, 12 (SERVIMEDIA)

El Banco de España sostiene que la erosión de la capacidad adquisitiva de los hogares originada por el alza de la inflación, así como los efectos negativos de la guerra en Ucrania y las revisiones a la baja de la ecolonomía en Europa, están afectando a la llegada de turistas británicos y alemanes al país desde el pasado mes de octubre.

Así lo sostiene el Banco de España en el artículo ‘La recuperación del turismo internacional en España tras la pandemia’, aunque no descarta que pueda recuperar sus niveles de 2019 durante el año 2023, en línea con las expectativas del sector.

Sin embargo, para los autores del informe, las perspectivas están rodeadas de una elevada incertidumbre y el balance de riesgos estaría sesgado a la baja.

A este respecto, advierten además de que los factores de soporte de la demanda de viajes internacionales, tales como la demanda embalsada y el ahorro acumulado durante la pandemia, previsiblemente perderán vigor en los próximos meses.

Simultáneamente, según su análisis, tenderán a ejercer más influencia los factores más desfavorables que caracterizan la coyuntura actual, entre los que cita la evolución y las repercusiones de la guerra en Ucrania, el deterioro de las perspectivas económicas en los principales mercados emisores de turistas y la inflación.

En esta línea, señala que la pérdida de poder de gasto de estos turistas, especialmente británicos y alemanes podría desembocar en una pérdida de atractivo frente a destinos alternativos del Mediterráneo con niveles de precios más bajos como Turquía.

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A estos factores debe sumarse, según el banco de España, la vulnerabilidad del sector turístico español a episodios de debilidad de la libra esterlina, dado que el Reino Unido constituye el primer mercado de origen de turistas hacia el país.

En un horizonte a medio plazo, el informe alerta que el turismo internacional en España es muy dependiente del transporte aéreo, cuyo coste se puede encarecer en el contexto de la transición verde en la que está inmersa la UE, que podría acarrear un encarecimiento de los costes de los vuelos en avión debido a las emisiones que genera este medio de transporte con la tecnología actual.

Estos posibles efectos podrían afectar más intensamente al turismo de larga distancia, en el que el peso del gasto en transporte aéreo es elevado, y en ciertos segmentos de los viajes de negocios, ya que las empresas podrían reducir este tipo de viajes para disminuir la huella de carbono de su actividad.

Adicionalmente, considera que también persisten las dudas sobre el nivel de equilibrio del turismo de negocios, a pesar de su comportamiento positivo en el transcurso de 2022, dado el avance experimentado por la digitalización de la actividad empresarial, y del turismo asiático, que todavía permanece bastante alejado de los niveles prepandemia.

En todo caso, concluye que a pesar de estas fuentes de incertidumbre, España tiene un atractivo relevante como destino turístico, gracias a su percepción como destino seguro y a la calidad de sus infraestructuras.

Pese a ello, señala que para mantener este atractivo se requieren inversiones, también necesarias para renovar y mejorar las zonas turísticas, en particular los puntos más saturados y maduros.

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